viernes, 1 de octubre de 2010

Orfebres Quimbayunos, Superando Los Límites


Orfebres Quimbayunos
Superando Los Límites



El arte de la orfebrería y la joyería, es un oficio de precisión, de detalles, de mucha paciencia y destreza manual, es una actividad de gente tranquila, con buen gusto, artistas que le dan un toque de elegancia y fineza a los metales preciosos y semi-preciosos, formas delicadas y llamativas. Hombres y mujeres siempre hemos usado joyas ¿para qué? La respuesta la tiene cada quien, quizá para realzar la apariencia, para llamar la atención de los demás, para manifestar estados de ánimo, estado civil, posición económica etc. Las joyas nos dan el toque final que no nos puede dar la ropa o los zapatos. Es el secreto oculto de los metales y las piedras que la naturaleza nos obsequia.

Como orfebres, los quimbayas no tuvieron par en América Latina. Trabajaron el oro que obtenían en las diferentes regiones que habitaron o por medio del intercambio con otras tribus. Con este metal elaboraban innumerables objetos para uso decorativo o simbólico. Fabricaron brazaletes, pulseras, pectorales, diademas y collares que usaban en ceremonias religiosas y militares. Los quimbayas desaparecieron hace ya varios siglos, pero algunas de las personas que viven en lo que fue su territorio,  se sienten inspirados por la majestuosidad de sus obras.

Luz Elena Buitrago Ramírez es una de esas personas, quimbayuna de nacimiento, muy creativa y manual desde su infancia, viajó a Bogotá siendo aún muy joven y allí aprendió joyería durante tres años al lado de un hombre dedicado a este oficio, que le enseñó a amar el arte de la orfebrería y a darle el estatus que se merece. Luz Elena volvió a su tierra en 1997 llena de sueños y de ganas de trabajar por la comunidad más vulnerable. Ella quería tener su propia escuela, aprovechar la creatividad de las personas del municipio, teniendo en cuenta que las estéticas en Quimbaya son muy particulares. “Las mujeres acá son diferentes, se visten diferente hasta la forma de caminar es distinta a las del resto del país” asegura.

Después del terremoto de 1999 Luz Elena y sus hermanas generan un proyecto de reubicación psicológica, afectiva y laboral que incluía a madres cabeza de familia, jóvenes bachilleres y personas con diversas discapacidades. Esta tarea no fue nada fácil, tocaron  puertas en la Alcaldía Municipal, Gobernación, Presidencia de la República, entre otras entidades. Pero como dice el refrán “la constancia vence lo que la dicha no alcanza” y en el año 2000 la primera dama de la nación, Nohra Puyana de Pastrana prioriza el proyecto que presentaron y les da el empuje necesario. Ese mismo año se genera el primer programa de producción en serie, basándose en formas y figuras precolombinas. De 42  personas que estaban recibiendo capacitación sólo 20 aceptan el reto de llevarlo a cabo. Todas las piezas fueron en plata y hechas a mano,  para comercializarlas asistieron a la II Feria del Eje Cafetero en la ciudad de Bogotá.

Ese fue el inició de un camino difícil que hoy en día siguen labrando con mucho esfuerzo. Luz Elena ha  orientado este bello proyecto a la generación de empleo y oportunidades para personas que el mercado laboral discrimina. Las clases de joyería se dictan en el antiguo Instituto Quimbaya, donde están separados en tres talleres, según sus necesidades y habilidades, estos son Argentum Joyas & Diseños, Asociación de discapacitados de Quimbaya y Tumbaru. En estos se capacita a personas de diversos antecedentes y habilidades, en el caso de las personas discapacitadas el proceso es diferente, por ejemplo, si la discapacidad compromete la realización del trabajo -como es el caso de los invidentes-  se les instruye para que comercialicen los productos y apoyen al grupo de diversas formas. Igualmente, madres de niños con síndrome de down se capacitan en los talleres para mejorar su nivel de vida y proporcionarles lo necesario a sus familias. Para ello comercializan sus productos en el punto de venta de Orfebres Quimbayas en el Km 2 vía Panaca.

A pesar de su loable labor, las líderes de este proyecto sienten que la comunidad en general poco se involucra con ellos. “Necesitamos apoyo y mucho” afirma Gladys Quintero, presidenta de la Asociación de Discapacitados de Quimbaya. Ahora su meta más próxima es conseguir una sede propia, unas instalaciones adecuadas para la realización de sus labores e implementar un taller para fabricar elementos de aseo, lo que generaría más empleos a personas vulnerables y ayudaría inmensamente al sostenimiento de estas humildes familias. Sin embargo, ya tienen la ventaja de un camino que ya han recorrido, la participación por seis años consecutivos en Expoartesanías Bogotá los ha ubicado en la élite del diseño y la fabricación de joyas. Han recibido la orientación del Laboratorio Colombiano de Diseño y la asesoría y formación del Programa Nacional de Joyeria.

Luz Elena es una mujer de fe, una mujer convencida de las capacidades de sus alumnos y compañeros. “Todos acá somos creativos, no hay un diseñador, tenemos muchos deseos de hacer, de crear, de innovar, unos tienen la habilidad de visualizar, otros la capacidad de materializarlos” cuenta. Por toda esa labor mancomunada y desinteresada por la comunidad, por ser una mujer transformadora de sociedad, Luz Elena fue elegida entre muchas mujeres para representar a Colombia en el evento “Mujeres transformadoras de la pobreza al poder” organizado por la Universidad de San Diego en los Estados Unidos, de allá regresó hace pocos días con fuerzas renovadas para seguir trabajando por la comunidad, creando, generando ideas, tocando puertas, haciendo empresa comunitaria, danto todo de sí misma para hacer una sociedad más justa con los desprotegidos.


Por:
Jefersson Andrés Rodríguez
Redactor Periodístico
Revista Digital Senda Quindiana
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