Orfebres Quimbayunos
Superando Los Límites
El arte de la orfebrería y la
joyería, es un oficio de precisión, de detalles, de mucha paciencia y destreza
manual, es una actividad de gente tranquila, con buen gusto, artistas que le
dan un toque de elegancia y fineza a los metales preciosos y semi-preciosos,
formas delicadas y llamativas. Hombres y mujeres siempre hemos usado joyas
¿para qué? La respuesta la tiene cada quien, quizá para realzar la apariencia,
para llamar la atención de los demás, para manifestar estados de ánimo, estado
civil, posición económica etc. Las joyas nos dan el toque final que no nos
puede dar la ropa o los zapatos. Es el secreto oculto de los metales y las
piedras que la naturaleza nos obsequia.
Como orfebres, los quimbayas no
tuvieron par en América Latina. Trabajaron el oro que obtenían en las
diferentes regiones que habitaron o por medio del intercambio con otras tribus.
Con este metal elaboraban innumerables objetos para uso decorativo o simbólico.
Fabricaron brazaletes, pulseras, pectorales, diademas y collares que usaban en
ceremonias religiosas y militares. Los quimbayas desaparecieron hace ya varios
siglos, pero algunas de las personas que viven en lo que fue su
territorio, se sienten inspirados por la
majestuosidad de sus obras.
Luz Elena Buitrago Ramírez es una
de esas personas, quimbayuna de nacimiento, muy creativa y manual desde su
infancia, viajó a Bogotá siendo aún muy joven y allí aprendió joyería durante
tres años al lado de un hombre dedicado a este oficio, que le enseñó a amar el
arte de la orfebrería y a darle el estatus que se merece. Luz Elena volvió a su
tierra en 1997 llena de sueños y de ganas de trabajar por la comunidad más
vulnerable. Ella quería tener su propia escuela, aprovechar la creatividad de
las personas del municipio, teniendo en cuenta que las estéticas en Quimbaya
son muy particulares. “Las mujeres acá son diferentes, se visten diferente
hasta la forma de caminar es distinta a las del resto del país” asegura.
Después del terremoto de 1999 Luz
Elena y sus hermanas generan un proyecto de reubicación psicológica, afectiva y
laboral que incluía a madres cabeza de familia, jóvenes bachilleres y personas
con diversas discapacidades. Esta tarea no fue nada fácil, tocaron puertas en la Alcaldía Municipal,
Gobernación, Presidencia de la República, entre otras entidades. Pero como dice el refrán “la constancia vence lo que la
dicha no alcanza” y en el año 2000 la primera dama de la nación, Nohra Puyana
de Pastrana prioriza el proyecto que presentaron y les da el empuje necesario.
Ese mismo año se genera el primer programa de producción en serie, basándose en
formas y figuras precolombinas. De 42
personas que estaban recibiendo capacitación sólo 20 aceptan el reto de
llevarlo a cabo. Todas las piezas fueron en plata y hechas a mano, para comercializarlas asistieron a la II Feria
del Eje Cafetero en la ciudad de Bogotá.
Ese fue el inició de un camino
difícil que hoy en día siguen labrando con mucho esfuerzo. Luz Elena ha orientado este bello proyecto a la generación
de empleo y oportunidades para personas que el mercado laboral discrimina. Las
clases de joyería se dictan en el antiguo Instituto Quimbaya, donde están
separados en tres talleres, según sus necesidades y habilidades, estos son
Argentum Joyas & Diseños, Asociación de discapacitados de Quimbaya y
Tumbaru. En estos se capacita a personas de diversos antecedentes y
habilidades, en el caso de las personas discapacitadas el proceso es diferente,
por ejemplo, si la discapacidad compromete la realización del trabajo -como es
el caso de los invidentes- se les instruye
para que comercialicen los productos y apoyen al grupo de diversas formas.
Igualmente, madres de niños con síndrome de down se capacitan en los talleres
para mejorar su nivel de vida y proporcionarles lo necesario a sus familias. Para
ello comercializan sus productos en el punto de venta de Orfebres Quimbayas en
el Km 2 vía Panaca.
A pesar de su loable labor, las
líderes de este proyecto sienten que la comunidad en general poco se involucra
con ellos. “Necesitamos apoyo y mucho” afirma Gladys Quintero, presidenta de la
Asociación de Discapacitados de Quimbaya. Ahora su meta más próxima es
conseguir una sede propia, unas instalaciones adecuadas para la realización de
sus labores e implementar un taller para fabricar elementos de aseo, lo que
generaría más empleos a personas vulnerables y ayudaría inmensamente al
sostenimiento de estas humildes familias. Sin embargo, ya tienen la ventaja de
un camino que ya han recorrido, la participación por seis años consecutivos en
Expoartesanías Bogotá los ha ubicado en la élite del diseño y la fabricación de
joyas. Han recibido la orientación del Laboratorio Colombiano de Diseño y la
asesoría y formación del Programa Nacional de Joyeria.
Luz Elena es una mujer de fe, una
mujer convencida de las capacidades de sus alumnos y compañeros. “Todos acá
somos creativos, no hay un diseñador, tenemos muchos deseos de hacer, de crear,
de innovar, unos tienen la habilidad de visualizar, otros la capacidad de
materializarlos” cuenta. Por toda esa labor mancomunada y desinteresada por la
comunidad, por ser una mujer transformadora de sociedad, Luz Elena fue elegida
entre muchas mujeres para representar a Colombia en el evento “Mujeres
transformadoras de la pobreza al poder” organizado por la Universidad de San
Diego en los Estados Unidos, de allá regresó hace pocos días con fuerzas
renovadas para seguir trabajando por la comunidad, creando, generando ideas,
tocando puertas, haciendo empresa comunitaria, danto todo de sí misma para
hacer una sociedad más justa con los desprotegidos.
Por:
Jefersson Andrés Rodríguez
Redactor Periodístico
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